La educación no se puede virtualizar
Las clases virtuales no son clases, por lo menos no en sentido estricto. Es una sesión de trabajo (cuando la tecnología funciona) en la que estudiantes y profes escuchan cosas, interactúan de manera muy limitada, ven videos o presentaciones. La comunicación espontanea, el tiempo para la creatividad y la fluidez argumentativa es nulo. La participación es muy artificial. El contacto no existe por supuesto, y la lectura del contexto de aula para el profesor es prácticamente imposible. En resumen, el trabajo sobre el saber, las competencias, el aprendizaje es bastante limitado.
Pero con la idea de que la tecnología podía reemplazar todo esto (y esta idea viene desde antes de la pandemia) le hicimos creer a los políticos que el único problema de la educación (en esta emergencia) era la conectividad y los contenidos. Hicimos creer que la virtualidad podría reemplazar la pedagogía. Y por eso, vamos a ser los últimos en abrir. De la ministra para abajo todos creen que la educación se puede virtualizar, y eso no es así. Aun teniendo toda la tecnología instalada y todas las guías y apoyos funcionando. ¡La educación es presencia! Interacción, socialización, comunidad, juego, contexto.
Otros países están pensando en hacer volver a sus estudiantes (sobre todo los más pequeños, que son los que más sufren todo esto) cuanto antes. Para nosotros son los últimos.
Dejemos de hacer creer que la educación se puede virtualizar, ¡eso es mentira!
José Darío Herrera Andrés Molano
Profesor asociado Profesor asociado
Facultad de Educación Facultad de Educación
Universidad de los Andes Universidad de los Andes
Somos un grupo de profesores y estudiantes de la Facultad de Educación de la Universidad de Los Andes, convencidos de que el debate, los cuestionamientos y el compartir experiencias (negativas y positivas) sobre los retos educativos que supone el COVID19 nos darán luces para tomar mejores decisiones. Los debates y opiniones expresados aquí no representan una posición oficial de la facultad de educación ni de la Universidad de los Andes.
Interesante, pero entonces me pregunto ¿por qué se propone la metodología blended?¿Cuál es la gran diferencia que hacen dos o tres sesiones de clase magistral frente a tener todas las clases virtuales?
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